.........................................................Por: Bernardo Socha Acosta
Primero que todo un saludo de Año Nuevo para todos los colombianos y en general los internautas que nos siguen. Deseamos que sea un año productivo para todos, tanto en Colombia como en el mundo.
Lo primero que tenemos que decir en honor, respaldo y respeto para esos millones de colombianos que sobreviven de un salario mínimo, es que Colombia no puede estar mejor ni peor, porque mientras haya esa abismal desigualdad, no habrá paz.
A cualquier ciudadano con 4 dedos de frente le repugna que se diga que un aumento del 3.4% busca la reducción de la pobreza y la generación de trabajo formal.
Qué tiene que ver la reducción de la pobreza con ese irrisorio incremento salarial, frente a los aumentos desmedidos de los costos por ejemplo del servicio de transporte colectivo. O Cualquier otro de los que ya sabemos que son autorizados por el Estado. Ahí esta la tremenda desigualdad social en Colombia. Mientras a los empresarios para otorgarles un incremento en los servicios que prestan se basan en un estudio de costos, a los consumidores y trabajadores colombianos, qué estudiuo de costos de la canasta familiar se les hace para reajustar el salario mínimo. Esa es la diferencia.
En la justificación del nuevo salario mínimo se argumentó que ese incremento favorece la creación de 2,4 millones de empleos y la formalización de 500 mil puestos más de trabajo, acorde con las metas establecidas por el Gobierno. Esa es una de las mentiras que se le dice a los colombianos que nadie puede refutar.
O, sino miremos la historia de hace 8 años cuando el presidente anterior (Álvaro Uribe) le quitó horas nocturnas a los trabajadores con el cacareado argumento de facilitar la creación de fuentes de trabajo. Los empresarios se llenaron los bolsillos a costa del hambre y el trabajo de sus empleados y no hubo tal incremento de empleos. Antes por el contrario los empresarios siguieron reduciendo la cobertura de trabajo.
Nadie puede negar, que esas marcadas desigualdades sociales son las responsables de los innumerables conflictos que viene Colombia. El hambre y la carencia de tantas oportunidades de vida digna para millones de colombianos de los estratos uno, dos y parte del 3, se reflejan en todo lo que vemos a diario, de lo más negativo que tiene Colombia.
Eso que dicen los funcionarios del gobierno, de que ese incremento salarial es para facilitar la creación de empleos, no constituye sino una ofensa y una burla a la dignidad de tantos millones de colombianos que devengan en salario mínimo.
El sumo pontífice, Benedicto XVI, en su mensaje de Año Nuevo dijo que la humanidad no puede resignarse a las fuerzas negativas del egoísmo, porque eso trae violencia y pone en riesgo la estabilidad de los pueblos. Pero, lamentablemente esas palabras se las lleva el viento y las injusticias siguen campantes.
Bueno y para terminar esos apuntes solo nos resta desear que los traumatismos que ha traído la naturaleza con las intensas lluvias de finales del año pasado, logren superarse.
Las vías de comunicación están volviendo a su curso normal en Colombia, aunque con las limitaciones que las acciones de la ola invernal dejaron pendientes.
Santander si bien no fue tan afectado por inundaciones, con excepción de San Rafael y otras zonas de la parte del Magdalena Medio, si fue azotado con la afectación de las vías. Hubo un momento en que quedamos aislados por tierra del resto del país. Mucha gracias por su atención.
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