Centro comercial San Bazar, antiguo Sol de loa Alegria |
Bucaramanga.- Al escribe esta crónica recuerdo este proceso y lo
hago para dejar una constancia histórica y contribuir de esta forma a que se corrijan los errores que se hayan cometido.
Octubre del año 2000, los vendedores llegaron al
centro comercial, Sol de la Alegría cargados de ilusiones, esperando un mañana
mejor para ellos y sus hijos.
Los
primeros meses fueron la verraquera, como se dice en el argot santandereano. El centro comercial era
pequeño, para la afluencia de visitantes, pues no era para menos pues este proceso era
inédito. Por primera vez el espacio público había sido recuperado, ya no se veían las cacetas, que durante muchos
años estuvieron ocupando los andenes; además los medios de comunicación sin excepción,
estuvieron cubriendo el proceso, haciendo seguimiento al gobierno y a las
asociaciones, representadas por sus dirigentes.
Viene el cambio de gobierno, asume funciones como
alcalde Iván Moreno Rojas, a su vez llega la temporada baja en términos
comerciales.
Los comerciantes desde el inicio de las
conversaciones para la recuperación del espacio público, se habían dividido en
dos tendencias, situación que continuó sin variación; así llegaron al centro comercial.
La entidad
financiera Comuldesa, instaló una oficina dentro del centro comercial, con el
objeto de hacer los recaudos del precio del lote, y a la vez recoger el crédito
que les había hecho a los comerciantes,
para la construcción de los módulos.
El centro comercial San Bazar |
Ante la división de los comerciantes, la
administración municipal convocó a los vendedores, a una asamblea para decidir
el futuro del centro comercial. En esta se acordó el cambio de la junta
directiva. En la elección se marginaron voluntariamente, el grupo de la
directiva y el administrador del centro comercial. La asamblea fue coordinada por los
profesionales armando Quijano Santamaría, con el apoyo de cesar Tavera, y se
realizó en el Teatro Unión.
Augusto Rueda González |
Fue entonces cuando se cometió el más grave error
para el centro comercial. Los directivos
le propusieron al alcalde, que le cambiaran el nombre al establecimiento,
quedando con el nombre de San Bazar, perdiendo así la identidad del proyecto de
recuperación del espacio público.
Mediante un convenio entre el municipio y la
universidad de Santander UDES, se dictaron capacitaciones a los comerciantes,
charlas de motivación y dinámicas. Estas actividades fueron orientadas por los profesionales
Mauricio Salazar, Pedro Alonso Martínez y Patricia Vargas.
Los directivos de Asovecsa, se reunieron con
algunos notables del centro comercial como el secretario de gobierno municipal y sus
asesores, para adoptar el reglamento de propiedad horizontal, del centro
comercial.
Mauricio Salazar |
En remplazo del señor Quijano, fue nombrado el
abogado Hernando Beleño, quien se desempeñaba como inspector municipal, a quien
le toco sortear el problema de la deuda con la electrificadora de Santander,
pues debido a esta el servicio era suspendido a menudo, quedando el centro
comercial sin el suministro de energía.
Viene la
campaña política, el centro comercial fue visitado por los candidatos de todos
los matices políticos; destacamos la del coronel Hugo Aguilar Naranjo, quien
aspiraba a la gobernación de Santander. En entrevista que le concede en la
época a la emisora del centro comercial, se comprometió a que si ganaba, pondría
su granito de arena para apoyarlo.
Siendo gobernador, las comerciantes Johana Vagas y
Mónica Leal, en compañía de Príncipe Florez, un ex directivo del centro
comercial, le presentaron un proyecto, para que de una vez por todas se
solucionara el problema de la energía. El gobernador asigno importantes
recursos para este objetivo. Nunca más al
centro comercial le fue suspendido el servicio de energía.
Cuando el señor
Augusto Rueda González termina sus funciones como secretario de gobierno, su
sucesor baja la intensidad en los operativos, para mantener el espacio público
recuperado. Nuevos vendedores empiezan a ocuparlo, situación que es aprovechada,
por quienes están en el centro comercial para salir a vender, pues están
agobiados por las deudas y sus plantes ya se han reducido.
Los comerciantes que creyeron en la buena voluntad
del estado, fueron víctimas de la corrupción. Algunos de ellos fueron estafados,
por los amigotes de los administradores de turno, quienes aprovechando el
escaso nivel de educación de los comerciantes, y abusando de la humildad de ellos,
les pidieron dinero ‘prestado’ que nunca les devolvieron.
Infortunadamente para la ciudad, los últimos
gobiernos, quizás con ánimo social suspendieron los operativos para
mantener el espacio público recuperado, entonces no solo los vendedores de
Bucaramanga, sino que también de fuera de la ciudad y de otros países, vieron
en las calles céntricas de la ciudad, una finca que no tiene dueño, y procedieron
a invadirlo.
En nuestra
próxima entrega les contaremos como nació un medio de comunicación y de qué
forma contribuyo en el centro comercial.
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